Así que hemos quedado que somos más contenedores de ideas que generadores de las mismas, lo cual equivale a la eterna pregunta "¿Quién fue primero, la gallina-cerebro o el huevo-idea?"
No nos deja en tan mal lugar como parece, en definitiva, dado que aún así nos quedamos con bastante participación, al menos en el mantenimiento del crisol que permite recombinar y mutar memes. Es aquí donde el concepto de epimemética se hace evidente, porque los cerebros humanos son capaces de recombinar varios memes en uno, mutarlos (incluso aleatoriamente) y también forzar su extinción. Pero ¿cómo? Veámoslo desde un punto de vista epidemiológico:
"Las ideas son como las pulgas: van de una cabeza a otra, pero no pican a todos"
Esta famosa y casi premonitoria frase de G.Bernard Shaw (1856-1950) es una buena base para analizar la función del cerebro-huesped. ¿Qué hace que algunos cerebros sean "vulnerables" a la infección por ciertos memes? Una vez más, desde el análogo biológico, podríamos desarrollar toda una teoría paralela de los sistemas inmunitarios, de los que hemos llegado a conocer lo increíblemente específicos que llegan a ser en ciertas líneas familiares e incluso en los propios individuos. Pero para no complicar excesivamente las cosas, podríamos partir de que un cerebro-huesped está potegido "inmunológicamente" contra un meme-antígeno por otros memes-anticuerpo que son capaces de reconocerlo, luchar contra él y, si todo sale bien, neutralizarlo. Bien, parece lógico... Pero ¿Qué proceso es el que genera los meme-anticuerpo? ¿Cuál es la cascada que automatiza la generación del anticuerpo? ¿Existe como algo preestablecido o de nuevo es la creatividad humana la que construye el proceso o razonamiento ad-hoc?
Consideremos el proceso desde el principio: un vector, por ejemplo un eslógan publicitario a través de las ondas sonoras, inyecta su contenido (un meme: bebe Coca-Cola) en el cerebro-huesped a través del canal que forman el reconocimiento e interpretación del mensaje desde la región del cerebro encargada de interpretar el código sonoro. Lo que se ha producido es un poceso de infectación a escala unitaria (al contrario que en nuestro propio cuerpo físico, en el que se infectan miles de células antes de que el sistema inmunitario comience a dar una respuesta), en el que el cerebro trata de acoplar un meme de categorías similares en un estante ya ocupado. ¿Cómo gestionan el cerebro la intrusión?
Aquí es donde radica la potencia del intelecto y la creatividad humana y se ofrece la reconciliación de los defensores de la memética y sus detractores: la epimemética (un concepto cuyo análogo biológico sólo se está empezando a conocer).
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